La belleza

He pensado en contrarrestar nuestra fealdad, nuestra idiotez y ego con mi belleza. He pensado que sería una buena idea atacar a los ineptos con un tetazo. Contestar con un tetazo, enseñando mi pecho derecho o izquierdo. Será uno, nunca los dos, lo quiero simple. Cada vez que en una conversación alguien se vea con la seguridad de mostrar su asqueroso privilegio o su ego torpe, yo le atacaré con una teta. La dejaré salir, la mostraré en silencio y aniquilaré el ruido barato de mi oponente. Mi teta nos salvará a todos de la mediocridad. Ella nos elevará. Y luego la miraré y le darle las gracias. “Gracias pecho, nos acabas de salvar a este y a mí de un tedioso pollazo metafórico, gracias pecho”. Y luego le guiñaré un ojo, a mi pecho. Le guiñaré un ojo con mucho colegueo y quizás le lanzaré un beso al aire. 

Incluso, quizás le susurre a su oído de pecho palabras bonitas y promesas de amor eterno. 

Y así, haré historia. Hablaran de mí en los libros de historia. Aburriré profundamente a futuros niños de cole de pago. Y dirán que así me convertí en terrorista y que mi arma era mi belleza. La mía propia. Por fin.

“Perdone, ¿me sujeta el coño un momento? Es para darle en la cabeza con un tetazo. Es para que usted y su futura descendencia queden desnucados. Por un golpe de belleza. Para que dejen de hablar tanto y se rindan a ella, a la mía, a la de todos.”

“Al principio se reían de ella, después empezaron a entender que sus pechos no tienen puta gracia. Ni tampoco eran un ataque.” 

Mi belleza es un espejo directo que apunta hacia la verdad más profunda del otro contrincante. Sólo eso. Y por eso tengo que aprovecharla.

La belleza ha sido mal entendida durante años. 

La belleza no debe ser complacencia, una sonrisita por debajo de la nariz, no. 

La belleza tiene que ser lo que es, un jarrón de agua fría justo en el momento perfecto.

Así pues, ahí va mi jarrón de agua fría. 

 (Se levanta la camiseta enseñando un pecho.)

(Fragmento final de “LA MUJER MÁS FEA DEL MUNDO”. Estrenada en la Sala Atrium de Barcelona y el teatro del Pavón de Madrid)